miércoles, 22 de octubre de 2008

Reseña Luciana Becquart.

Ulrich Beck, al igual que Giddens y Lash, se centro en la teoría de la modernización reflexiva. Sin embargo, el primero de ellos considera esta modernización desde una perspectiva diferente. Para ello, nos cuestiona sobre el 1989, mediante el cual nos plantea, que no solo cayó el comunismo, sino que indica también como esto le afecto al occidente. A partir de esto se apoya en que “las instituciones fracasan victimas de su propio éxito” (U. Beck, 1997, Pág. 13), dicho de otro modo, occidente se encuentra en un dilema a causa de su propia lógica de sistema. Es así como entonces nuestro autor en cuestión, nos plantea su definición de modernización reflexiva, la cual “significa la posibilidad de una (auto) destrucción creativa de toda una época: la de la sociedad industrial. El “sujeto” de esta destrucción […] es la victoria de la modernización occidental” (U. Beck, 1997, Pág. 14). Constatamos que hace alusión a la sociedad industrial y a un cambio en la forma social que se produce ya no por crisis o luchas entre clases, sino que por medio de la victoria de esta misma. Podríamos entonces decir que esta modernidad será sustituida por una nueva modernidad mediante el efectivo desarrollo de la sociedad tanto en el ámbito político como en el económico y social (como por ejemplo lo es la inserción laboral de las mujeres). No obstante, la modernización reflexiva también puede tener, en un contexto ajeno a la suya, “consecuencias opuestas” (U. Beck, 1997, Pág. 17) como lo es el nacionalismo, las crisis económicas y ecológicas y la revolución entre otras; en tanto que se produce a su vez una sociedad de riesgo. Esta última aparece cuando los riegos se escapan “a las instituciones de control” de la sociedad industrial quedando así ésta ultima ahora obsoleta. (Falta poner las dos fases ¡!!!!). Para una mayor comprensión de la modernización reflexiva, debemos considerar que “este concepto no implica (como el adjetivo “reflexivo” podría sugerir) reflexión sino (en primer lugar) auto confrontación” (U. Beck, 1997, Pág. 18). En consecuencia, el paso de la sociedad industrial a la de riesgo surge de manera “no deseada”, es una transición de reflexividad. Esta transición de una sociedad a la otra, trae consigo cambios en la relación tanto entre “la sociedad moderna con los recursos de la naturaleza y la cultura”, como “con las amenazas y problemas producidos por ella” y por ultimo con respecto a “las fuentes de significado colectivas y especificas de grupo” (U. Beck, 1997, Pág. 20).
Para continuar con la modernización reflexiva nos encontramos con otro eje relevante: la crisis ecológica. Esta ultima no solo hace hincapié en el medioambiente, sino que también se trata de un problema institucional. Factores que traen consecuencias visibles a los ojos de la sociedad de riesgo, haciendo necesaria al mismo tiempo, una autorreflexión, volviéndose entonces una sociedad reflexiva, es el llamado “retorno de la incertidumbre”. Encontramos entonces una libertad de decisiones, lo cual hace surgir la individualización. Esta característica de la modernización, se remite a la desvinculación y luego al “proceso de revinculación a nuevas formas de vida de la sociedad industrial en sustitución de las antiguas” (U. Beck, 1997, Pág. 28). Esta individualización significa entonces el proceso de construcción de las biografías de cada uno de los individuos. En efecto cada uno se fabrica su biografía, de manera que si fracasa no involucra a nadie más que a si mismo. Es más, este proceso ocurre en un contexto donde prima el estado de bienestar. Sin embargo este ultimo, a pesar de buscar el bien social, juega al mismo tiempo un rol de doble filo, en el sentido en que condiciona las “formas de vida centradas en el ego” (U. Beck, 1997, Pág. 31). En efecto la sociedad moderna introduce la individualización, adempero no sólo en la esfera privada, sino que también hace referencia a lo publico, la política. Al interior de ésta, el autor nos señala que si bien busca “la vacuidad […] de las instituciones”, por otra parte se inclina hacia “un renacimiento no-institucional de lo político” (U. Beck, 1997, Pág. 32).
Por otra parte, se hace referencia al fatalismo tanto positivo como negativo, dado que esta corriente considera que existe tan solo un tipo de modernidad, mientras que Beck sugiere una variedad de modernidades. Para su estudio plantea una metodología y una teoría, partiendo de a base de que “todo aquel que estudie la “diferenciación funcional” de la sociedad “funcionalmente diferenciada” plantea tres problemas” (U. Beck, 1997, Pág. 42). El primero de ellos parte indicando que la diferenciación sistémica funcional, sinónimo de revolución, que permitieron el desarrollo de la sociedad moderna es por una parte la revolución feminista y por el otro la de la naturaleza. En efecto se trata del problema de “la diferenciación ulterior de la sociedad industrial” (U. Beck, 1997, Pág. 42). Pasamos así a la “mesa redonda”, en cuanto como un segundo problema que concierne a las instituciones de “mediación y negociación”. Este problema hace necesaria: “La desmonopolizacion de conocimiento experto”, “informalizacion de la jurisdicción”, “apertura de las estructuras decisorias”, “creación de una opinión publicidad parcial”,”acordarse y sancionarse normas para este proceso” (U. Beck, 1997, Pág. 42). Por último el tercer problema es constitutivo de la reforma de la racionalidad que apuntan a una síntesis de códigos para generar distintas modernidades. Entre estos encontramos, esencialmente lo que podríamos denominarle estética de la modernización reflexiva. Por un lado existen los códigos genéticos y por el otro los códigos comunicativos.
En lo que concierne a la política, antiguamente el orden estaba dado por las estructuras políticas respectivas al este y al oeste. Pero, luego en 1989, Europa carece de una verdadera política, no solo institucionalmente sino también en las áreas privadas. Para el entendimiento de la política es necesaria distinguir a esta entre ser dirigida por reglas o bien modificadora de reglas. La primera de ellas esta constituida por reglas que organizan el sistema, es decir una modernidad simple. La segunda de ellas busca como su nombre lo dice modificar sus propias reglas, nos encontramos con la denominada “política de la política”. Por otra parte mencionaremos que la política puede ser tanto oficial como subpolítica. Sin embargo consideramos importante señalar en que la política de la política se apoya en ser por esencia una política creativa la cual alude nuevas “estructuras dentro y fuera del sistema político” (U. Beck, 1997, Pág. 56). Esta nueva política trae consigo una metamorfosis del estado, haciendo de este un estado negociador.

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